lunes, 2 de febrero de 2009

Carlos Noguera es Jurado del Premio Casa de Las Américas/ De Los Miserables a Corazón Adentro...(ABN)


Carlos Noguera forma parte del jurado del Premio Casa de las Américas

Caracas, 2 Feb. (ABN).- El poeta, cuentista y novelista venezolano, y además presidente de la editorial Monte Ávila, Carlos Noguera, forma parte del jurado de la edición 50 del Premio Literario Casa de las Américas 2009, inaugurado este lunes en La Habana, Cuba.

Además de Noguera, hay otros 16 intelectuales de 9 países designados como jurado, que evaluarán más de 600 originales enviados a concurso, informa Prensa Latina. El poeta y ensayista cubano Roberto Fernández Retamar al referirse al medio siglo que cumple la institución, resaltó que hoy puede cumplir 50 años porque los ha cumplido la Revolución martiana y fidelista que la creó apenas cuatro meses después del triunfo.

En el certamen, uno de los más antiguos del continente, concursan 176 novelas, 150 textos de literatura infantil y juvenil, 255 manuscritos de literatura brasileña, y unos 50 textos de testimonio. Además se concederá el premio extraordinario Latinos en Estados Unidos y los lauros honoríficos José Lezama Lima, de poesía; Ezequiel Martínez Estrada, de ensayo, y José María Argüedas, de narrativa.


El jurado sesionará durante una semana en la central ciudad de Cienfuegos, donde darán lecturas a las obras en concurso. Lo integran, entre otros, los mexicanos Paco Ignacio Taibo II y Carmen Boullosa, y el angolano Ondjaki. Durante las jornadas se realizarán actividades paralelas como la apertura de la exposición Cinética de la chilena Matilde Pérez, mesas redondas y presentacione

De Los miserables a Corazón Adentro

Caracas, 01 Feb. ABN.- Mientras vendía sus collares de barro a los turistas que se retostaban en las arenas de la península de Araya, Carmen les hablaba de los pobres, del coraje y la adversidad, de la solidaridad y la vileza que se encontró en la obra de Víctor Hugo, Los Miserables. 'Es una obra impresionante', expresó mientras colocaba sobre un cuello femenino una de sus piezas artesanales, la turista la recibió entusiasmada y confesó no haber leído la novela francesa que, en una reciente edición, recorría todos los rincones de Venezuela.

Para 2006, unos 500 mil ejemplares de Los Miserables cruzaron el país de este a oeste, de norte a sur, en una edición masiva lanzada con el nombre de operación Cosett, producida y distribuida por el Ministerio de la Cultura, que quiso llevar las vicisitudes e infortunios del ex-presidiario Jean Valjean a la mayor cantidad de venezolanos, y de forma gratuita.

Cuando muchos leían cómo Valjean salía de prisión y se convertía en alcalde, la institucionalidad cultural lograba expandirse aún más por todos los estados del país, en una política de descaraqueñización, como pregonaban los que dirigían la gestión pública de la cultura. Hoy, cuando se cumple una década del juramento que impulsaría el nacimiento de una nueva Constitución y la construcción de una nueva República, se observan alzados pequeñas réplicas de las instituciones públicas que antes se concentraban en Caracas.


La Cinemateca Nacional, que tenía su única sala en la capital venezolana, se reprodujo en 18 salas regionales distribuidas a lo largo del país, y en cientos de comunidades que instalaron sus salas de cine comunitarias. 'Nunca he ido al cine', dijo Dusmery Ruiz, una niña de 13 años que hacía su cola para estrenar la cinemateca que se dispuso en el Centro Cultural Alameda, de la parroquia San Agustín, mientras Johan Cáceres tenía un año que no satisfacía su fiebre por ver películas en una pantalla grande.

Igualmente las antiguas librerías Kuaimare, que bastaba una mano para contarlas, hoy suman más de 60, bajo el nombre de Librerías de Sur en todo el territorio nacional y allí se exhiben y venden, hasta por un bolívar fuerte, los más de mil 500 títulos que se producen en el país.

'Hay una imprenta en cada estado. Eso ha dado posibilidades de publicar a escritores y poetas que viven en los campos, que están en unas montañas y que tenían décadas con sus manuscritos amarillentos porque nadie los atendía', expresó en recientes declaraciones el Ministro de la Cultura, Héctor Soto. Así como se desplegaron cinematecas, librerías e imprentas por la geografía nacional, la danza, la música y las artes escénicas del mundo recorrieron los estados del país e instalaron un festival internacional en cada región.

De esta forma, quedó un Festival de Salsa, en el estado Vargas; un Festival de Solos y Duetos, en Táchira, Festival Internacional de Los Tambores del mundo, en Miranda; Festival Internacional de Circo, en Caracas, entre otros encuentros culturales.

Pero más allá de ello, cuando el presidente de la República, Hugo Chávez, hace diez años, juraba ante Dios, ante la patria y ante el pueblo que impulsaría las reformas necesarias para elaborar una Carta Magna adecuada a los nuevos tiempos, Juan Bautista Alayón no se imaginó que con ello aparecería en un libro que recorrería las escuelas y liceos de Venezuela.

Alayón, conocido en Villa de Cura, estado Aragua, como Loco Lindo, fue reconocido como portador de las Culturas Nacionales, y está junto a más de dos mil cultores en los Catálogos de Patrimonio Cultural que se incluirán dentro del currículo en la educación básica, media y diversificada.

'Yo soy loco lindo, soy el folclore aragüeño, soy llanero, soy serrano, soy costeño, soy pueblero, campuruso, cantador, trovador arrabalero, con llanuras en mi canto, con montañas en mi verso (…) soy el barrio marginado orillero de mi pueblo, no me parezco a nadie que ha marginado mi pueblo si me parezco a todo aquel que quiere a mi pueblo', recitó hace tres meses el poeta villacureño en el Teatro Teresa Carreño.


A estos portadores culturales, que representan un muro frente a maneras y costumbres homogeneizadoras, se les incorpora una manada de activadores culturales, como se les conocen a los participantes de la Misión Cultura que están en el 90% de los 335 municipios del país comprometidos en la consolidación de la identidad nacional.

'Es un hecho revolucionario la manera en la que se seleccionaron los estudiantes de la Misión Cultura, no fue a través de pruebas de aptitud académica, ni por promedio de bachillerato, ni pruebas internas de universidades, sino mediante 115 asambleas comunitarias que escogieron a cada uno de estos activadores; sólo se le requirió el título de bachiller porque esta es una continuidad de estudios universitarios', explicó el Ministro en la graduación de casi 400 activadores como Licenciados en Educación, mención Desarrollo Cultural.


Adicionalmente a la labor que emprenden los activadores, quienes en sus estudios levantan proyectos culturales para impulsar la actividad artística en su comunidad, se alzó recientemente un brazo que pretende llegar a los barrios y zonas de difícil acceso en las grandes capitales del país: Cultura Corazón Adentro, Misión Socialista.

'Es maravilloso el desbordamiento de alegría que se observa en los rostros de nuestras comunidades que no tienen, casi nunca, la oportunidad de salir de sus casas. Muchos de ellos ni siquiera conocen el Metro, aunque parezca mentira, ni el cine, ni la playa y mucho menos un espectáculo de circo, de teatro”, expresó desde La Dolorita, Carmen Alicia Bernet Herrera, luego de ver un espectáculo del Circo del Sur, como parte del programa Cultura, Corazón Adentro.

Pero, más allá del espectáculo, las risas, el asombro del público y el entusiasmo que pudiera dar a los niños para formarse en alguna rama de estas artes circenses, este que programa realiza talleres de danza, teatro, música y artes plásticas en las comunidades.

En el barrio Los Eucaliptos, de la parroquia San Juan, la casa de Yuli sirve de sede para que se citen todos los sábados, un grupo de ocho niñas, que se mueven con gran soltura al ritmo del tambor, allí ensayan pasos, agitan sus faldas, giran sus pequeñas cinturas, pero sobre todo afianzan parte de la identidad venezolana. Así como la casa de Yuli, existen bibliotecas públicas, galpones, escuelas en Petare, La Vega, El Valle, 23 de Enero, entre otras zonas populosas, que sirven como escenario de este programa de escasos meses de vida.

Tanto los portadores y activadores culturales, como cualquier que se empeñan en sembrar en las nuevas generaciones el conocimiento por los valores y costumbres venezolanas, carecían de atención especial en la moribunda Constitución que tocó Chávez con su mano aquel 2 de febrero de 1999, donde tampoco se garantizaba la identidad nacional consagrada en el artículo 99 de la Constitución actual que reza así: 'Los valores de la cultura constituyen un bien irrenunciable del pueblo venezolano y un derecho fundamental que el Estado fomentará y garantizará, procurando las condiciones, instrumentos legales, medios y presupuestos necesarios'.

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